Debido a la pandemia, un hombre llamado Jesse Takayama tuvo que esperar todo ese tiempo para visitar la ciudadela inca. En el intertanto, se hospedó en un pueblo cercano a la centenaria zona.
Este domingo, Jesse Takayama, un joven japonés de 26 años fue el primer turista en pisar la antigua ciudad de Machu Picchu, luego de esperar cerca de siete meses a que esta abriera. Todo esto ocurrió debido a que, por la pandemia, esta verdadera joya del turismo peruano permaneció cerrada como forma de prevenir contagios en el país.
La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco (Dircetur), manifestó en Facebook “¡Sueño Cumplido!, refiriéndose a la travesía de este ciudadano nipón.
El mismo organismo estatal, pretende abrir definitivamente el acceso a la ciudadela en noviembre. En el intertanto de su viaje, Takayama tuvo que hospedarse en un pueblo cercano a la zona de Machu Picchu hasta que pudo conseguir un permiso especial para entrar gracias a la gestión realizada por Dircetur y el Ministerio de Cultura.
¡Esto es impresionante!
Tal y como dice el título de arriba, esas fueron las palabras que el japonés de 26 años subió a las redes sociales junto con un video, agradeciendo a las autoridades por dejarlo entrar a esta verdadera maravilla humana.
Desde el 16 de marzo la ciudadela inca había sido cerrada a causa del coronavirus, lo que lamentablemente truncó los planes de Takayama quien tenía comprado su boleto de entrada antes de esa fecha. Sin embargo, la espera pareciera haber rendido frutos, ya que pudo entrar en compañía de un responsable dependiente del Ministerio de Cultura.
Su espera de siete meses antes de lograr su cometido la tuvo que hacer en el poblado de Aguas Calientes, en donde fue acogido en una casa durante todo este tiempo, impedido de seguir con su viaje planeado por todo el continente sudamericano.
¿Cuándo se abrirá Machu Picchu?
Por ahora, lo que se sabe es que las autoridades del Perú decidirán el próximo martes cuándo abrirán las puertas de Machu Picchu para la entrada de turistas. Se estima que esto sería en el mes de noviembre, pero solamente podría tener un aforo máximo del 30% de su capacidad habitual que equivale a 675 personas diarias.
Hasta el momento, desde el Ministerio de Cultura han afirmado que ya están preparados para recibir a los viajeros con todos los protocolos de seguridad por el covid-19.
El caso de las Líneas de Nasca
Otra maravilla turística del Perú son las milenarias Líneas de Nasca, que al igual que Machu Picchu no reciben turistas desde hace siete meses. Sin embargo, desde el Ministerio de Cultura fueron más claros con su fecha de apertura y apuntaron a que esta ha sido programada para el próximo 10 de noviembre.
Esta maravilla de mas de 2.000 años de antigüedad, fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, gracias al valor histórico que poseen estas figuras geométricas y animales que solo pueden ser vistos desde las alturas del cielo. Su ubicación, es en una zona desértica a 350 kilómetros de la capital y hasta el momento, el significado de estas es todo un misterio para los investigadores.
La felicidad de Jesse Takayama
Gracias al permiso especial que le otorgaron las autoridades peruanas al turista japonés, este pudo ingresar finalmente a Machu Picchu. Antes de iniciada la pandemia, según comentó a diarios locales, tenía muchos deseos de conocer la centenaria ciudad emblemas de los incas. Tanto era su deseo, que fue capaz de esperar durante siete meses para entrar.
En un video publicado por Dircetur, el turista de 26 años se mostró extremadamente agradecido y señaló: «Un gran agradecimiento al ministro peruano de Cultura, Alejandro Neyra, así como a las autoridades». Tras esto, no se sabe si el visitante retornará a su país o seguirá intentando conocer el resto de Sudamérica.
Sumado a los protocolos anteriores que le permitirán a Machu Picchu abrir en noviembre, los visitantes que lleguen allí deberán entrar en grupos de 8 personas, acompañadas por un guía mientras mantienen una distancia de 2 metros entre casa uno.
Aún no se sabe cuando se llegará a la normalidad de antes, cuando por día, a esta maravilla turística ingresaban entre 2000 y 3000 personas. En temporada alta, normalmente esa cifra podía ascender a las 5000 personas.